jueves, 29 de marzo de 2007

La cultura se muere.


Cuando era más pequeño, me preocupaba mucho el futuro, cómo serían las cosas cuando yo me las tuviera que arreglar por mí mismo, cuando tuviera que buscar trabajo, pagar impuestos, pasar malas rachas... me gustaba jugaba a adivinar cosas que no podrían cambiar nunca, que se iban a mantener siempre tal y como las conocía... las montañas de alrededor de mi pueblo, la playa, el sabor del pan, el verano... luego se me ocurrían cosas disparatadas que podrían terminar ocurriendo, como pagar un impuesto por respirar o por pensar, que el bueno de la peli perdiera, que prefiriese beberme una cerveza a una casera-cola, dejar de querer juguetes el día de reyes...

Ahora lo que me preocupa es el presente. Parece como si hubiera estado leyendo un libro acerca del futuro (¿1984?) y poco a poco los planteamientos más ridículos, los intereses minoristas, los comportamientos injustos se estuvieran convirtiendo en las nuevas normas y leyes a seguir.

Una montaña ha desaparecido cerca de Medina Sidonia, la culpa parece ser de una empresa de materiales de construcción, la playa no tiene las dunas donde las tenía antes, porque el ayuntamiento se ocupa de cambiarlas y retenerlas en otro lugar, en las pelis (y fuera de ellas) pierden los buenos todos los días, los derechos constitucionales pasan a ser objetos de lujo, la gente roba públicamente y no devuelve aunque les cojan, nos fríen a impuestos y cánones injustos, basados en intereses de unos pocos con influencia, pasando por encima de la sociedad que ha elegido a unos traidores para que les gobiernen y tomen decisiones pensando (teóricamente ) en la mayoría... de mi afición por la cerveza en detrimento de la casera-cola ni hablemos.

Ahora van a dar otro pasito: se ha aprobado el canon por préstamo en bibliotecas. Aquí no pueden aducir que la fotocopiadora va a matar a la literatura, porque ya lleva tiempo en activo y no ha habido recuento de bajas, tampoco cobran canon por folio en blanco, o por pizarra, o por hoja de pergamino (los tres son posibles soportes donde copiar una obra, como los CD y DVD para la música o el video). Ciertamente es más justo que el infame canon de la SGAE, puesto que el porcentaje se inclina del lado del autor (aproximadamente un 70% para el autor y un 30% para las gestoras), pero sigue sin cuadrarme.

Ya que los libros de una biblioteca son los que hay y su préstamo está controlado al 100%, no sé qué hacen ahí en medio los gestores privados, se podría promover un ente público que gestione la información que ya han recogido las bibliotecas y directamente hacer el embolso al autor. Fuera de que este reparto fuese más barato y más justo (no se benefician unos cuantos por hacer nada y el presupuesto de la biblioteca sería mayor, para adquirir nuevas obras y restaurar otras), no me parece la solución poner un precio a la cultura, que subvenciona el estado (nosotros) y al fin y al cabo es pagar dos veces (o las que hagan falta) por lo mismo. Si usted "se metió" a escritor, cantante, pintor o cualquier oficio relacionado con la cultura y el arte, pero lo hizo para forrarse, se equivocó de país quedándose en España, porque las leyes estaban dispuestas para que la cultura circulase libremente tan pronto se difundiese una obra... es problema suyo saber sacar provecho de su creación y explotarla para obtener beneficios, pero POR EL HECHO DE CREAR ALGO NO VA A TENER UN SUELDO DE POR VIDA. Creo que la expresión "Vivir del cuento" se va a hacer ahora más literal que nunca.

El problema es que esto está cambiando a peor, en un país en el que el interés por la cultura, entre la juventud, está descendiendo en general y con impuestos, cánones o restricciones en el acceso a la cultura no lo van a solucionar... país de incultos y de peseteros, frotaespaldas y amiguistas... están hipotecando la educación y la cultura de las generaciones siguientes, no sólo porque ahora se cobre un canon por esto o por lo otro, sino porque se empieza dando poder y privilegio a una entidad privada de recaudar tributos al pueblo, luego a otra... veremos cómo acaba la cosa.

Por cierto, ¿qué pasará con libros como el de la imagen de arriba? ¿Qué pasa cuando sea una editorial y no el autor quien se lleve el beneficio? ¿quién decidirá qué libros se compran? ¿qué será lo próximo que van a cobrarnos, por pensar en algo que ya existe, por decir una frase que una multinacional ha registrado, por mirar un cuadro y guardar el recuerdo?

Parece que el impuesto por metro cúbico de aire respirado se acerca poco a poco... vayan cogiendo aire.

Actualización: video de las noticias en cuatro

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1 comentario:

Modigliani dijo...

Es cierto que la afición a poner cánones de ciertas entidades mal llamadas de gestión está empezando a oler a azufre en esta sociedad de este país antes llamado España.