sábado, 27 de febrero de 2010

¿Problemas con Bulkregister?

Registra a un toro.

Comencé mi andanza hace algunos años con la publicación de páginas web aprovechando los alojamientos gratuitos que algunas empresas daban... primero probando reutilización de terceros niveles, los dominios gratuitos .tk, las "compras" con propiedad final de la empresa de hosting, el plan joven... siempre he tenido algunos dominios y alojamientos en propiedad, pero en algunos casos el hosting no llegaba a dar el nivel de servicio de otros que ofrecían gratis lo que las empresas, sobre todo a nivel nacional, ofrecían. Conociendo la complejidad de conseguir un uptime decente como desarrollador y las perrerías que a veces (a menudo) hacemos los programadores en los temblorosos servidores en la época de aprendizaje, me chocaba esta paradoja.

dot.tk... qué maravilla si no fuera por la publicidad...

Siempre he entendido que pueda haber momentos en los que en un servidor compartido se tengan que hacer tareas de mantenimiento que en ocasiones disminuya el rendimiento o incluso la disponibilidad de los servicios en empresas que no garantizan unos mínimos más allá de las ofertas con enormes banners y colorines que prometen el oro y el moro. Soy un españolito de a pie, de los que lee la letra pequeña cuando llegan los problemas y pido explicaciones a sabiendas de conocer la respuesta en la mayoría de los casos.

El caso, vamos a lo que vamos, es que me decidí por no contratar un servidor dedicado, ya que algunas labores de adminsitración y mantenimiento me traen por la calle de la amargura y en lo que se refiere a seguridad, no soy una eminencia, así que llevo un tiempo con algunos dominios y una cuenta de alojamiento que permite el multidominio en bulkregister, una empresa USA absorbida por ENOM hace un tiempo, realmente los que se contrata es un hosting en un servidor compartido y lo que ofrecen, al cambio $-€ es interesante cuanto menos.

Al principio bien, algunas webs estáticas, algún php para formularios, vaya, cosas ligeritas y sin pretensiones, pero al menos tenía a buen precio todo recogidito y con la letra pequeña que en este caso tuve que leer, en regla. Los problemas empiezan cuando se intenta "forzar" la máquina. Digamos que te ofrecen la posibilidad de autoinstalar varias aplicaciones, open source en su mayoría, tipo wordpress, joomla, stats, etc. Pongamos que para facilitarnos algunas tareas y mejorar algunos sitios, empezamos a montar, a petición del cliente, dichos programas, sobre todo gestores de contenido tipo Drupal para estos menesteres. La cosa parece que va bien mientras no toques nada tras la instalación, pero si empiezas a tener visitas y a meter contenidos (no hablemos de instalar módulos o plugins), la cosa va a peor... empiezan los downtime, retrasos en el acceso a bases de datos, supuestos picos de carga en el servidor que petan el servicio... digo yo, que esto debe estar controlado, monitorizado y supuestamente supervisado por un equipo altamente cualificado, ya que es una empresa gorda que maneja cientos de miles de dominios y alojamientos... tras mirar logs, configuraciones y hacer pruebas, habrá que ponerse en contacto con soporte técnico.

wardog, un gran tipo...

La gente de soporte en general son unos tios muy majos, caracterizados por un deje de desánimo o de BOFH, creo que no hay un término medio claro. Saben mucho, más por los palos recibidos y desvelos que por una formación sólida, específica y meticulosa (hay casos y casos, pero creo que prima este) y resuelven muchos más problemas de los que en principio se les comunica que existen. Mi relación con este tipo de profesional es tirando a comprensiva, siempre que sean razonables y el negocio no se esté yendo a pique por inoperatividad y falta de respuesta... y aquí es donde tocamos fondo.

Inicié mi contacto con el deskhelp o helpdesk, según la certificación que le hayan comprado a cada uno, con mi amado reseller para peticiones del tipo "anda, déjame aumentar el ancho de banda para el alojamiento de tal dominio, déjame tocar el php.ini para este otro, permite que alguna directiva php se pueda tocar en el htaccess...", de ahí no pasaba de la primera linea de batalla, los pseudoteleoperadores que tienen como credo el rechazo de los tres intentos. Bueno, la política de la empresa es así, se buscan otras soluciones y p'alante. El problema real surge tras tener varias incidencias y bajadas de servicio sin previo aviso, cosa que mosquea mucho, empezamos a tener conversaciones por un supuesto servidor de bases de datos (mysql para más señas) que tiene "algún problema" y que "intentarán resolver"... hasta aquí correcto, si en un par de horas no está resuelto, que monten otro y listos, no es para hacer un drama... pues no, lo gracioso es que pueden tener una incidencia catalogada como aceptada durante más de una semana, sin respuesta por su parte que alentadores mensajes de comprensión cada dos-tres días que hacen que, pasados ocho días y con los mismos problemas, uno piense que se estén cachondeando de lo lindo del aquí firmante e intentando capear el temporal porque realmente no le han echado mano al asunto o no saben resolverlo, pero tampoco plantean una alternativa. La cosa es hiriente, prefieren perder clientes antes que, poniendo este caso, montar otro servidor para dar el servicio (por el que se paga religiosamente, que para eso no fallan ni una), es más, pueden llegar a cerrarte la incidencia si te descuidas, porque en 36 horas la finiquitan como si tal cosa, con un simple mensaje de "entendemos que se ha resuelto el problema" cuando el problema sigue ocurriendo, pero ellos "no lo ven". Otro minipunto para estos esbirros de la mega empresa es cuando de pronto tu web más simple que una cuchara de madera (ej: 1 php y sin base de datos) que lleva funcionando como un reloj varios meses, de pronto te devuelve un error de servidor o un acceso denegado, sin haber tocado código en todo ese tiempo ni tener una mísera entrada de ataque de juanquer o similar... total, que no monitorizan, porque si preguntas por lo que ha ocurrido en tal servidor exactamente a la hora tal y durante tantos minutos (no les voy a explicar cómo tengo esos datos), me dicen que no saben nada, como duquesas de Alba ante la prensa del corazón.

con todo el cariño a mi vecina...

Sé que esto es un canto al infinito, oscuro y frio, que no tengo razón, que debería pagar más para tener un servicio decente (hasta el infinito y más allá, en euros), pero que no me vendan la moto, las evasivas en la informática, cuando hay pelas de por medio y atañen a soporte contratado, no sirven, en el 99% de los casos se pueden documentar y si no, se podrían dedicar a montar un puesto de churros. En fin, que ya que ellos no hacen ni puto caso a estos y otros ruegos que les hago por que al menos den una respuesta coherente a las incidencias, tengo que cyberpatalear. Lo más gracioso es que cuando desaparece el problema, con el tiempo, no te dicen ni pío, sólo la firma corporativa we appreciate your business juas, juas, juas.

Esto es una crítica contructiva, me encantaría que apreciaran menos mi negocio, pero más su reputación, desde luego, si alguien llega a esta página buscando consuelo ante un problema con estos señores, cuentan con mi hombro para llorar a moco tendido, porque yo poco más he podido conseguir. En estos momentos me encuentro con una wes que cada cinco minutos me devuelve un 401 (acceso no permitido, para los parroquianos) y presto pongo una incidencia cada cinco minutos con pantallazo y lloros desconsolados. Nada, que dicen que todo está bien... impresionant, baby, bulkregister, a eso me voy a tener que meter, a mayoral.

martes, 16 de febrero de 2010

La amoto


Desde que el gobierno decidiera regalar el permiso de conducción con sólo tener dos años de carnet de coche, hacerme con una moto es una de mis obsesiones. Debido a la distancia que separan mi hogar de mi trabajo, los atascos de entrada y los de salida, añadiendo los embotellamientos por los puentes y otros aspectos de índole menos evidentes, tenía que hacerme con una bicha para carretera, pero una custom, como le dicen los moteros, que mola más.

El primer paso estuvo complicado, ver qué modelo era más asequible, teniendo en cuenta que iba a ser una moto temporal, mientras por mi cabeza se pasaba sacar el carnét necesario para pasar a mayores, para montar algo más "decente" (para un paseo, vale, pero ir por la A-49 con niebla mientras te adelantan los autobuses, no es vida). Mínimo tendría que estar 6 meses con una moto de 125, porque no me veía yo cogiendo algo más potente sin haber tenido experiencia sobre dos ruedas, lo veía con miedito.

Me puse a buscar por páginas de anuncios de segunda mano, que a mi eso de las cosas nuevas ya no me gustan y encontré que la variedad custom de 125 era casi más cara que la de 250 y el negocio no pintaba bien, pero bueno, había que verlo como una medio inversión, ya que tan pronto tuviera el carnet, la de 125 iba a pasar a ocupar una plaza en el garaje y se iba a mover poquito hasta endosarla adecuadamente. Me decidí por una moto "de marca" estaba viendo la posibilidad de pillar una hyosung, una kymco, coreana o similar, pero aparte de ver la enorme cantidad de modelos que venden, casi nuevas y de segunda mano, me hizo pensar que iba a traer más problemas que alegrías y tras hablar con algún mecánico y condutor de grua, eliminé la posibilidad de pillar algo más barato, pero que pudiera darme sorpresas a medio camino de casa, una noche tarde volviendo tras una entrega urgentísima en el trabajo.


Tras algunos días de llamadas y búsquedas, me decidí por una suzuki, había encontrado "la Marauder" y "la Intruder", que tenía mejor pinta para mi ojo clínico en equivocaciones, era bicilíndrica y para una distancia media larga, iba a ser más cómoda por las vibraciones (o eso decían en alguno de las docenas de foros que recorrí), aparte de que estéticamente me molaba más y sonaba mejor... al final estas dos cosas son casi es el 90% de la elección, total, si iba a ser una amoto, cualquiera me iba a llevar de un lado a otro.



Encontré una Intruder Lc en Málaga con menos de 8000 km y por menos de 2000 euros... allí me dirigí, remolque en ristre, la probé y me la traje. Para ser la primera vez que cogía una moto de marchas, fue amor al primer frenazo. Arduo viaje en carrito pensando que se me iba a espachurrar por la carretera, botando como una condenada, sufriendo de una inusitada lluvia por el camino y con la sorpresita de que no arrancaba en cuanto intenté darme la primera vueltecita. Tras superar el pánico y tardar más de 24 horas en entender que sin gasolina iba a ser complicado arrancarla, empecé mis andanzas por el barrio aguantando coches pitadores, intoxicación de humos en los atascos y pánico a los vehículos que frenaban compulsivamente al encontrar por fin aparcamiendo, sin entender mis insultos al pasar a su lado tras haberme visto debajo de sus flamantes maleteros, que era todo lo que lograba ver tras pisar el freno y no conseguir una parada elegante ni efectiva. Los días, semanas y meses pasaron, las cuentas para entrar en la autoescuela y hacer hueco para las prácticas cuadraron. Finalmente, tras darme cuenta que en verano no trabajan en tráfico (algo que se contradice con el número de multas que se reciben en ese periodo del año), conseguí el maldito carné que me permitía montar en la otra moto que había comprado un par de meses antes (también en Málaga y también con un infernal viaje de por medio con saltitos y sustos), ya que estaba confiado en mi nueva habilidad para conducir sobre dos ruedas y sin pedalear, cosa que olvidé en el momento de subirme al mosquito infernal que me tocó para las prácticas.

Yo he sido siempre bastante cabezota, si algo se me da mal, se me da mal de una forma impresionante. Tras realizar prácticas a principios de septiembre en una explanada humeante de asfalto, a las 5 de la tarde, con todos los avíos de matar (coderas, rodilleras, chaqueta, casco, pantalón largo), adelgazando bajo un Lorenzo de justicia que hace a la vera del río, conseguí, tras tres intentos, superar el examen práctico... de pista, porque resulta que no hacía 9 meses que habían cambiado la normativa y ahora había que examinarse de pista y luego de carretera, amén del teórico que tampoco fue una barbaridad.

Lo de la cabezonería viene dado por mi triplete fallido en el examen de pista... además de haber cambiado el circuito, que a mi se me antojaba tremendo, había una limitación de tiempo a cumplir... que digo yo, si yo me compré una custom pa no correr, cómo es que me ponen un crono para sacar el carné... en fin. Mis fallos siempre fueron en el mismo punto, concretamente en este:


Sin más pena que gloria, aprobé el práctico de carretera escuchando por un auricular a un profesor portugués que no facilitaba nada la tarea de recibir instrucciones, a medida que callejeaba por esas zonas que uno no sabe que existen, pese a no haber cambiado de ciudad nunca. Creo que el alivio de escuchar sin acento ni expresiones raras al examinador, fue lo que me impulsó a hacer el examen con calma y menos nervios de lo que pensaba.

Ahora miro el coche de vez en cuando, lo tengo junto a casa, incluso alguna vez me he acercado para ver que no se pudría con la cantidad de agua que está cayendo estos días, pero ni ganitas de subirme otra vez, con la ilusión que uno se compra su primer coche nuevo y nada, el corazón frio como el hielo.

Total, que esto de volverse motero de la noche a la mañana, le preocupa a mis compañeros de trabajo, a mi novia y a familiares, porque empeñarme en coger la moto aunque lluevan boquerones no es algo fácl de entender. Eso si, ni un atasco, oiga. Ahora supongo que me pasa como a cualquiera que le pica el bicho motero, porque la cuido más que al coche, que a la casa y que a mi mismo. Jamás pensé que podría ducharme dos veces, pero ella sí lo hace cuando es necesario. Total, yo estoy feliz perdido, sólo espero que los vecinos me perdonen cuando salgo de casa a las 8 de la mañana.

Cuidense y Vssssssssssssss!!!!