domingo, 29 de octubre de 2006

Muse (Mius, pa los amigos)

Finde corto en Barcelona, el motivo: concierto de Muse.

Tras casi atropellar a seis ancianitas, doce canis y tres señoras con carrito en el intento de arrivar al aeropuerto, llegamos aun yendo con los minutos más que justos. El tráfico en Sevilla es una maravilla.

Conseguimos los billetes de avión y nos fuimos al embarque, como viene siendo una costumbre en mis apariciones por el aeropuerto, me pararon y desbaraton el equipaje, el motivo: una mini navaja tamaño palillo de dientes que había olvidado en la mochila (y que ya había pasado por tres aeropuertos, por cierto), en fin, me hizo mucha gracia la cara del segurata mientras iba sacando cosas: las numerosas botellitas de güisqui, el libro donde se incluye un relato de mi primo Nacho (que ojeó el nota), el cinturón de pinchos...

Cuidado!!! lleva una peligrosísima pinza de depilar!!! TERRORISTA!!!!

Cuando me dieron el visto bueno y viendo que no había animosidad por parte de la organización de hurgar en mi ano, ni en otras cavidades corporales, nos fuimos al avión, a no hacer cola, no como el resto de usuarios que vuelan con clickair.

Llegamos a Barcelona y tras perder el tren por minutos, del tirón pa el hostal en taxi. Era un primer piso en el barrio Gótico, cerca de la plaza de Jaume I (rebautizada como Sant Jaume???) que no tenía mala pinta del todo, pero casi. Salimos a tomar unas copas y a cenar algo, aunque ya era tarde. Al día siguiente nos fuimos del tirón a las Ramblas, de compras (a mí no me miréis), estuvimos en unas cuantas tiendas y luego a comer, para lo que necesitamos bastante tiempo, entre que no encontrábamos un sitio concreto y que cuando lo encontramos estaba cerrado. Acabamos en un pseudo burguer híbrido de fast food y platos combinados. A mi me supo a gloria. Se nos echaba el tiempo encima, eran las 5 y a las 6 queríamos tirar para el concierto, que era en Badalona y no teníamos ni idea de cómo llegar.

Tras ducha y pequeña siesta, salimos a por un taxi, ya que no apetecía llegar cuando ya todo estuviera petao de gente. Como íbamos 5, nos dividimos y aunque los primeros consiguieron relativamente rápido un taxi, yo, que me quedé en tierra, las pasé canutas para pillar uno. Tras deambular por algunas calles y tras ganarle un sprint a un tio negro con rastas, conseguimos uno. Al rato estábamos en Badalona, en el pabellón olímpico (tras la que ya viene siendo típica conversación con el taxista acerca de cómo se llega al sitio, que será motivo de otro post). Llegamos y la cola era pa fliparlo, aunque nos encontramos a unos amiguetes de Sevilla entre los que se encontraban la jipi, el Sergio y el guitarrista de O'Funk'illo (vamos, lo normal). Pa habernos matao.


Entramos y nos colocamos bien cerquita del escenario, tras alguna cervecita del señor del bidón, empieza el asunto: poet in process, un grupo catalán que no está nada mal (la cantante tampoco) que animaron el ambiente, incluso teniendo la gente con la cabeza en lo que venía después.

Poet in process

Empieza Muse ¿Qué decir de este grupo? En directo son brutales, tanto el sonido como la puesta en escena la controlan al cien por cien. Lo había visto y escuchado de otros conciertos (gracias, emule) y la cosa prometía, aunque esa era la prueba de fuego. De principio a fin dieron lo que la gente iba a buscar, incluso hicieron un par de guiños con un riff que podría ser de un próximo disco. Tanto los temas "antiguos" (Muscle Museum, New Born) como los más nuevos (Supermassive Blackhole, Invincible) fueron cantados por todo el mundo, aunque gracias a una privilegiada cuarta fila que conseguimos (gracias, Sergio) y el nivel de los equipos, no enturbiaba para nada la calidad de la música que fabricaban.


Lo mejor creo que ya está dicho, pero no todo es orégano y creo que la cagaron con los bises (sólo uno y demasiado corto), para mi gusto faltó Dead Star, tema emblemático para un concierto y la batería debería haber estado en el centro del escenario, sobre todo viendo el montaje que habían hecho. Acerca de la organización, bastante correcta, mucho segurata, dejaban meter botellas de plástico (sin tapón) y todo muy rapidito. En contra: las birras a tres euros.

La vuelta fue en metro, medio de transporte que es un gustazo. Llegamos y nos fuimos a un bar que viene siendo un clásico en mis noches barcelonesas: Los Álamos (C/Escudillers 12, cerca de la Rambla), mojitos de categoría y música, mezclada con videos y películas que difícilmente se podría mejorar. Nos retiramos relativamente pronto, porque se retrasaba una hora y también porque había que madrugar un poco para el avión.

El día siguiente fue tranquilo y sin prisas. Llegamos a Sevilla bien y sin retrasos.

Muse, venid por Sevilla, piratonesssssssss!!!

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