lunes, 2 de octubre de 2006

Escapada a Barcelona (I)

Salimos el viernes, a media tarde, con buen tiempo, aunque el fin de semana amenazaba con empeorar poco a poco. Las expectativas eran buenas y no faltaban ganas, apuntaba a que iban a ser dos días bastante entretenidos.
Llegamos a Barcelona (El Prat) y buscamos el tren, la única línea que llegaba al aeropuerto (C10) nos llevaba a la estación de Sants, ya en la ciudad por 2.40 lerus. Una vez en la estación fuimos a coger el la línea de metro L3 (la verde, para los amigos) que luego se convertiría en la más habitual, con diferencia.


Llegamos al hotel, que está al ladito del estadio del Barcelona, ducha y a buscar algo de cena. Aparecimos en Las Ramblas tras preguntar a un chavalín que por dónde estaba la zona de bares y para cenar algo. Un Burguer King hizo que no nos pensásemos ir a buscar un bar de tapas, que iba siendo tarde y apetecía cervecear directamente.
Tras cruzarnos La Rambla y ver personajes de todo tipo (los chinos superideales de la muerte, los señores que te ofrecían cerveza, etc), nos metemos por una bocacalle y encontramos el bar en el que pasaríamos casi toda la noche. Tipo Comuna o Fun Club en sus buenos tiempos, sin llegar a estar hasta la bola (aforo 34 personas), no recuerdo el nombre, pero no estaba mal de precio y los mojitos se los curraban tela (ya deberían aprender en El Palmar, que de un tiempo a esta parte la mayoría dan vergüenza, bien por precio, bien por contenido). Salimos mucho más contentos que entramos y volvimos al hotel. Hubo suerte cuando apareció un taxi por la calle y nadie le levantaba la mano.

Nos levantamos y tiramos para el centro, había que ir a la Sagrada Familia, La Pedrera, Parque Güell y puede que algo más. Compramos un billete de transporte ilimitado para 2 días (9,40 lerus) para cercanías, metro y bus.



La sagrada familia impacta bastante, sobre todo la fachada de la pasión, aunque para mi, que no tengo gusto artístico alguno, me parece que había zonas que estaban muy recargadas y con muchos colorines, con muchas cositas por todos lados... desde luego tiene zonas impresionantes, como la fachada de la natividad y las figuras de la fachada de la pasión, muy originales. Sin duda alguna es muy distinta a cualquier obra destinada a la iglesia que haya visto (y hay cada cosa por ahí...). Esta es la ínfima postura de un no_entendido en la materia.


La pedrera está muy bien, la casa pinta por fuera espectacular y por dentro es un pisazo tremendo con muebles antiguos, que puede que no me impresionaran mucho, pese a saber que todo era diseño de Gaudí, pero es que parecían los muebles de la casa de mi tia en el pueblo de hace unos años, aunque tenía muchos detalles muy curiosos: la muñeca que daba miedo que te cagas, el termo para el agua caliente en ambos baños, las rejas de los balcones...



Se puede visitar parte del desván, porque están de reformas y tienen montada una exposición con un móvil (inmóvil) y un par de planos, poco más. La azotea es bastante psicodélica, con curvitas y azulejos por todas partes, ese tío era un alicatador nato (Natural Born Tiler), y disfrutamos un rato del solecito que hacía, al menos hasta que el capuccino helado que me tomé por la mañana hizo efecto y tuve que visitar el apartamento a marchas forzadas... dos veces. El alicatado del aseo no está tan currado... pero cumplía su función perfectamente.

Tras descansar unos minutos, acordamos ir al Parque Güell a comer, o algo así... dejamos el metro en Vallcarca y tras andar un ratillo, la subida se hace monstruosa, aunque está amortiguada por tramos de escalera mecánica, si no, no lo contamos. Damos un paseo por el parque y llegamos a la zona de los edificios, donde nos clavan 4.50 por cada birra que pedimos... "son nain"... nos dice el gachó.


Son nain... camareros con doble fondo sarcástico

Amortizada la birra en las balconadas con forma de atracción de feria, curioseamos un poco por la zona y hacemos algunas fotos. Luego vamos en busca del metro. Perdemos la pista del metro, la culpa de las obras que había en Lesseps, menudo pateo. Nos metemos a almuerzo-meriendo-cenar en una pizzería. Llegamos al hotel y nos metemos una siesta de campeonato. Ya solo queda una noche... A LA CALLE!!!!

Cenamos poco o nada, porque la pizza seguía en nuestras panzas. Nos adentramos en el barrio gótico y tras mucho merodear, cruzamos una zona de bares medio pin y aparecimos en Born, donde por lo visto había mucha marcha, pero es que la gente estaba toda en la calle, comiendo pipas, como quien dice, era un poco raro. Nos metimos en algunos bares y el ambiente era bastante parecido en todos.

Estuvimos en tres bares, el primero era un típico cubaneo con mojitos y ambiente portuario, no se estaba mal, pero muy tranquilote. El siguiente prometía bastante, ambiente cincuentero, pero con funky y música bastante decente, gente de nuestra edad o algo mayores. Luego pasamos a otro más de charlas y escuchar mñusica a volumen normal. Pese al ambiente general, que no es el que acostumbro a tener, estuvo muy bien la noche.


continuará...

(fotos de mi propia y exclusiva propiedad, salvo que alguien las quiera usar, que entonces van a ser bajo licencia Creative Commons)

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