domingo, 2 de julio de 2006

Concierto de Mamá Ladilla

Nueva camiseta de Mamá Ladilla

Complicado eso de vivir en Sevilla para acabar en Córdoba, para un fin de semana, con la idea de ir a un concierto de Mamá Ladilla... cuando el concierto no era en Córdoba, sino en un pueblo que, aunque no estaba lejos, requería coger el coche y plantarse a las 2 de la mañana para ver a los susodichos (y en pleno estado de facultades por si a los picoletos se les ocurre restar puntos de mi cartilla de manejamiento al volante).

Era el Pasión Rock, un concurso que lleva 7 u 8 ediciones (según dijo el presentador), yo me planté allí cuando estaba finalizando The Feedback Noise, un grupo de El Puerto de Santa María, al que no me va a importar ir a ver de nuevo en absoluto, rock de toda la vida, pero con un empuje especial y bastante cañero, hicieron una adaptación del Come Together que emanaba muy buen rollo. Batería contundente que servía de base a un guitarra y bajo que sonaban más que bien. A continuación, Falso Dogma, de Sevilla, rock con transfusiones de hiphop y mezclando otros estilos, guitarra demoledora. Mucha gente en el escenario, pero no sobraba ni uno, lo más destacable, por mis inclinaciones percusioneras: el batería, qué barbaridad, no paraba el tio. Tuvieron que salir varias veces los técnicos, porque desencajaba cada poco la estructura: un pie de plato al suelo, empujones al charles... Sonido potente y tralla, algunos rifs que recordaban a RATM, para mi gusto, pero con estilo propio y currado.

Finalmente, tras un inciso para localizar al dueño de un llavero con el escudo del real madriz y solicitar al jurado que (dejara las copas y) se retirase a deliberar, llegó el momento que me empujó a ese pueblo de La Rambla: Mamá Ladilla.

Decir que es el primer concierto de este grupúsculo al que voy, previamente ya había suspendido tres escapadas para verlos en Granada, Málaga y Córdoba. Mereció la pena esa espera.

Durante la actuación de Falso Dogma, me pareció ver a Maese Abarca por tres o cuatro sitios, tampoco había mucho donde esconderse por ahí, así que se me ocurrió mirar a la derecha, por encima del hombro de Lola, que me acompañaba como un favor que ahora le debo (y será correspondido), allí estaba, sentadito a escasos dos metros y moviendo la cabeza al ritmo de las sacudidas del batería. ¿Me estaré volviendo un groupie?

En fin, apareció Ferro merodeando con una mochila y el tercer elemento divisado, al que no reconocí hasta coger el bajo, fue a Tito Llors (¿Se ha hecho un lifting a base de higos chumbos o qué?), subiéronse al escenario y allí empezó todo. No recuerdo el orden de las canciones, pero lo clavaron (primera parte pa bailar agarraos y la segunda: caca, culo y pis). Problemas con las pantallas durante todo el concierto, casi se nos queda sordo Ferro, que tan pronto le desaparecían la guitarra y el bajo (teniendo que parar para buscarlos por todo el escenario), como la atronadora voz de Juan aparecía por sorpresa y le empujaba un tímpano hasta que se encontraba con el otro...

Hicieron un bis ("antes de que se disuelva la gente") y añadieron una estrofa a "Chanquete ha muerto" que no había escuchado nunca, pero más que digna de aparecer en los anales de la poesía contemporánea. Tremendo. También metieron algunas morcillas que le añadían emoción al asunto.

El repertorio, pues frito variado a gusto del consumidor, creo que no se dejaron ni un disco atrás, si es que así parece que tocar la guitarra es sencillo, menudos punteos... parezco el cuñao de "Pobre principito".

En fin, mu buen rollo y muchas tablas que tienen y de las que pueden presumir. Yo me canté todas las canciones, sobrio y sorprendido con la visión de algún menda excesivamente pasado que se encontraba por los lugares.

Una experiencia para repetir... susluaseguro...

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