De ratos y ferias

Le he empezado a coger el gusto a eso de quedarse en casa, despanzurrado en el sofá, haciendo algo de cena, tomando una copa tranquilamente frente a una peli o un libro... pero eso toca a su fin, el listado de bodas, comuniones, ferias, verbenas populares y citas al aire libre ocupa toda la agenda hasta que el verano me saque de esta ciudad o de mis escapadas a cualquier parte, con sus radios máximos de 550 kilómetros. No creo que lo eche de menos, o quizás sí, que la treintena se me acerca peligrosamente y este puede ser el año en que deje de ser de costumbres nocturnas, traicionando de paso a mi alargado gen Periodito 3.

Eso implica mayor gasto, que implica menor ahorro, que a su vez me enfila hacia un mal balance económico a fin de año, cosa que provoca un pequeño tic sobre mi pestaña izquierda, ya que un año donde la liberación en forma de independencia se tornaba realidad, va a ser realidad con huevo y patatas como almuerzo estrella en mi día a día.

No es pa quejarse, poder pegarse una fiesta de cuando en cuando (por no decir a menudo) y darse otros caprichos no estaba dentro de mis planes. Sacrificaré otras necesidades, del orden que sea, porque estas dos mencionadas no son precisamente de las últimas. Cambiando de tercio, mañana me acercaré a la fnac, ese nuevo centro de consumo que han abierto para comprobar si realmente es un lugar de cultura, tecnología e intelectualoides o simplemente otra patraña de marketing pa vender más, engañando lo mismo (me temo que acertaré en mis cábalas). Luego un paseo con cerveza incluida y a ver si visito a mi amigo Jimmy-noC con resultados positivos.

Que ya es miércoles. O eso dicen.

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