La erizá

Menudo fin de semana. Ha habido de todo, un poco de fiesta, un poco de viaje, un poco de aire libre, un poco de amigos, un poco de noche, un poco de día, un mucho de papagorda.

El finde se presentaba variadillo y disperso, el viernes una salida al azar, el sábado descanso y tirar para Cádiz, allí estaban esperando primos y tías, con papa ejemplar, en un bar de la Viña, que no es poco. Luego del rato familiar nos fuimos al Archivo de Indias, junto a la catedral, que fue un exitazo de garito, una decoración un poco peculiar, con gente variopinta.

Con unas cuantas horas de calle en el cuerpo y tras atropellada entrada en el piso, dormimos unas horas y nos despertamos para ir otra vez al centro. El día se presentó nublado, pero tal y como llegábamos a La Viña, el amigo Lorenzo hizo de las suyas y se asomó a ver qué estaba pasando por Cai. Nos encontramos con Moi y Moni, estuvimos un rato de charla y luego directos a la calle de la Palma, con el escenario montado. Cervecitas y encuentros, chirigotas y las ninfas. Aburrirnos no nos aburrimos. Después de la actuación de la comparsa de Vejer, hicimos una maniobra de evasión y volvimos al garito de la noche anterior, porque tampoco había que abusar de la situación, una copita y a casa, que la noche se acercaba y como en la casa no había luz, sino velas, mejor que nos pillara bajo sábana.

En fin, a por los carnavales.

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