lunes, 17 de septiembre de 2007

Digamos que...


  1. Pongo un negocio.
  2. Vendo aceite para quinqué, bolsas de aspirador y carretes de fotos.
  3. Exijo al gobierno unos ingresos mínimos al año, da igual si vendo dos, cien o cero.
  4. Aparte de exigir esos mínimos, cobro dos, tres y hasta cuatro veces por cada unidad vendida.
  5. Aun teniendo una subvención y beneficios desproporcionados para las pérdidas y la inversión realizada, exijo al gobierno constantemente que mejore mi situación.
  6. Obligo a que elaboren una ley para mantener perennes mis beneficios, siendo yo quien decida si son suficientes o escasos.
  7. No tengo la obligación de difundir en qué me gasto los fondos.

Pues elijan la más adecuada.

a) Soy la SGAE
b) Soy un ladrón y un caradura.
c) a y b.

Así nos luce el pelo... viva el gobierno y la forma que tiene de limpiar el sable a sus esbirros.

Me avergüenzo... si antes te quitaban la presunción de inocencia al comprar un CD, DVD... por llevar el canon "compensatorio" incluido, ahora no hace falta, porque el dinero que va a gastar el gobierno en pagar a estos pendejos no electrónicos, adivinen de dónde va a salir... exacto, todos culpables. Lo peor es que te meten en la cárcel si se te ocurre rechistar, o al menos lo intentan.

Eso en mi pueblo tiene un nombre.

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