De abusos y burbujas.

Echando un vistazo a los asuntos del cemento (léase, inmobiliarios), con la cabeza en mirar un terrenito aquí o allá, buscando chollos inexistentes para uno mismo, aunque el resto de la gente (todos con tios ricos y con enchufe, seguro) consiga eso y más, me encuentro con una noticia como poco preocupante, pero digo poco, porque me parece más preocupante que no haya salido a la luz pública y nuestros siempre independientes y (des)informativos medios de comunicación seguro que no han oido hablar de ella:

Fincas Corral esta cerrando 320 oficinas de las 350 que tenía hace un año. Eso supone 1280 puestos de trabajo, y estamos hablando del doble de las que despidió SEAT en su último ERE.

Ni sindicatos clamando justicia, ni mano dura del gobierno para que reubiquen a esos trabajadores, ni alarma social de burbujas que explotan, ni ZP explícanos esto. Y lo peor no es sólo que cierren, sino que están incumpliendo el contrato con muchos de sus clientes. La cosa está clara, los señores del ladrillo han realizado su siguiente movimiento en este tablero de ajedrez bananero que es España y tiran por la que más les conviene... ¿que ahora la gente piensa que mejor no meterse en una hipoteca de 50 años y que no es tan fácil vender un piso al 700% del precio original? pues nada, que la cosa está muy mala, a cerrar y a meter la mano en el saco, que esa empresa ya estaba engordando mucho y yo necesito meter aquí y allí, con la cabeza puesta en el próximo saqueo que haga, el que no quiera comprar la franquicia, se va a la calle. Y es que, si no hubiera empresarios de este tipo, tan emprendedores y tan avispados ¿a dónde iba a ir el país?

- A MEJOR.